EL PROCESO DE REHABILITACIÓN 2

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Miguel nos cuenta cómo aborda un proceso de rehabilitación desde que el deportista se lesiona hasta que empieza a entrenar. Qué preguntas se hace.

Dependiendo de la lesión y el deportista nos realizaremos una serie de preguntas para intentar minimizar el tiempo de recuperación de la lesión, y poder marcarnos unos objetivos claros, que definan el camino a seguir.

Es importante llegar a un “acuerdo” con el deportista para que se sienta partícipe de su propia recuperación. Creo en la rehabilitación activa, y más en el entorno deportivo, por lo que es necesario llegar a un convenio o “contrato” en el que todas las personas que vayan a participar estén de acuerdo. Si esto es así, se unificarán criterios e ideas y todas las partes estarán involucradas en el proceso.
Lo primero es realizar un diagnóstico acertado. Es la parte más importante del tratamiento. Si la lesión está bien diagnosticada  es más fácil trazar la línea de actuación y modificar los tratamientos dependiendo del momento en el que se encuentre la patología,  el tipo de lesión y el momento de la temporada.
El primer paso es la anamnesis, que es la recogida de información objetiva y subjetiva del paciente para encuadrar la lesión desde su propia historia lesional. Con esto se puede indagar si existe alguna relación entre el pasado con la lesión producida en este momento.

Después de recoger todos los datos se realizará una serie de pruebas y test para chequear que estructuras están dañadas.
Es necesario saber quiénes son los profesionales adecuados para colaborar en el tratamiento. El trabajo multidisciplinar es interesante en la mayoría de las lesiones puesto que todos pueden aportar diferentes puntos de vista para colaborar y acelerar el proceso de recuperación.
En el deporte podemos plantearnos una serie de preguntas que nos hace tener un “acuerdo” con el jugador y crearnos objetivos en la recuperación. Si estos objetivos o metas se van cumpliendo nos crea una relación de confianza y de adherencia al tratamiento.

Las 10 preguntas que se hace Miguel Rodriguez Rosal  ante una lesión:IMG_3734

1/ ¿Qué lesión es? Que estructuras están dañadas y como están dañadas. No es lo mismo una estructura muscular, ligamentosa ,ósea…
2/ ¿Es aguda o crónica? Si la lesión lleva poco o mucho tiempo instaurada. Las estrategias de tratamiento serán totalmente diferente.
3 ¿Cómo se encuentra el deportista? Escuchar al paciente nos puede permitir una evolución subjetiva.

4. ¿Cómo se ha producido? Depende de si la lesión se ha producido por una contusión o no, del mecanismo que ha sufrido el deportista antes de lesionarse…

5. ¿Qué descompensaciones está produciendo? El cuerpo busca el equilibrio por lo que sí ha sufrido cualquier alteración el cuerpo intentará encontrar otra serie de mecanismos para intentar “reequilibrarse”.

6. ¿Qué característica tiene su deporte? Hay que conocer la especialidad deportiva ya que puede ser que la lesión no altere ninguna acción propia del deporte.

7. ¿En qué momento de la temporada nos encontramos? Conocer en qué momento deportivo nos encontramos puede influir en el por qué se ha producido, o qué podríamos minimizar para evitarlo. No es lo mismo forzar una lesión en mitad de un torneo que en el inicio de la liga. Igual con la carrera deportiva, no es lo mismo forzar una lesión en un jugador joven que con un jugador al final de su carrera deportiva.
8. ¿Qué trabajo específico podemos realizar para la lesión? Conocer que tareas debemos realizar para potenciar el tratamiento realizado con el fisioterapeuta o el readaptador. Y en qué frecuencia podría hacerlo sin sobrecargar.

9. ¿Como combinar el tratamiento con el mantenimiento de la condición física? El ejercicio es un bombeo de la circulación que permite que vayan a la zona lesionada más sangre. Por lo que debemos buscar el modo de seguir haciendo ejercicio.

10. ¿Qué riesgos podría conllevar cada una de las decisiones? Ser consciente que riesgos o empeoramientos se podrían producir es importante para organizar todo.

PROCESO DE REHABILITACIÓN 1

Ahora que la temporada está finalizando, empezamos una serie de post con el fisioterapeuta de la selección española de rugby sub20, Miguel Rodriguez Rosal, donde desglosaremos el proceso de vuelta a la competición desde una lesión.

Esperamos vuestras dudas y aportaciones!

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con la casa en la espalda…

Cada cierto tiempo tengo que hacer un «reset» en mi mochila y reajustar sus bolsillos para ir sacando cosas que ya no necesito y se van quedando guardada ahí. En mi mochila, además de llevar el ordenador, algún libro (tengo uno que tiene más kilómetros que muchos españoles), un minibotiquín, un gorro (gorra en verano), bolígrafos, lápices, cuaderno, guantes de gym, guantes de frío, algo de ropa, un par de barritas, una bomba de hinchar balones, la cartera, los diferentes cargadores -ordenador, móvil, reloj-, un par de memory sticks, una agenda, 4 bandas elásticas…

Así escrito, parece exagerado pero es lo que llevas la mayoría de vosotros en vuestro bolso o mochila diaria. He intentado reducir lo que llevo ahí detrás pero el peso final me da muy parecido. Pero una cosa tengo clara: nunca me lo pongo con una sola asa. TRANSPORTAR TODO ESTE PESO CON UN DESEQUILIBRIO EN EL EJE QUE FORMA LA COLUMNA DERIVARÍA EN UNA DEMANDA DE ESTABILIDAD A NIVEL LUMBAR.

Y esto si solo hablamos desde un punto de vista vertical. Porque en la mayoría de las ocasiones cuando el peso aumenta provoca una rotación interna del hombro/s, un aumento de la cifosis dorsal y consecuentemente, adivina qué, más dolor lumbar tratando de estabilizar los cambios en las curvas espinales. Si es muy pesada y está demasiado baja también puede provocar dolores en caderas y rodillas ya que obliga al cuerpo a compensar llevando el peso hacia delante.

¿Cuál sería la mejor forma de transportar peso?

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Cuándo éramos «trogloditas» y nuestro día a día era la «lucha o la huida» los humanos guardábamos nuestras reservas en forma de grasa en la zona central (justo igual que ahora), por qué? Pues porque si había que correr (huir) ante un peligro, es la zona que mejor te permite la carrera.  En el caso de las mujeres esa zona de almacenaje quedaba en las caderas para permitir posibles embarazos. Si nuestro cuerpo diseñó esto así por qué nosotros ponemos el peso en un solo lado? Veo a muchísima gente yendo a trabajar con bolsos de varios kilos sobre el hombro izquierdo o derecho o cambiándolo constantemente.

Y por delante? Qué tal si llevamos la mochila por delante como hacen algunas madres cuando transportan a sus bebés. Pues para nuestra espalda no es la mejor opción  ya que retrae los hombros hacia delante separando demasiado las escápulas, aunque de lejos es mejor opción eso que llevarlo en un solo lado.

Los expertos dicen que la carga de peso no debería ser más del 10-15% de nuestro peso corporal. Ups! Y en general las conclusiones sobre como llevar nuestra mochila son:

1.- LLevarla en la zona dorsal y que no caiga por debajo de la cintura

2.- Rebajar todo lo posible el peso, quitando lo innecesario.

3.- Ajustarla lo máximo posible a nuestro cuerpo, no dejando que caiga por debajo de la zona lumbar. La mayoría de las mochilas tienen tirantes ajustables y cierres a la altura del pecho y la cintura para un mayor ajuste.

4. Qué no sea muy alta por arriba para que deje libertad de movimiento en el cuello y no lo obligue a ir hacia delante.

5. Guardar los objetos más pesados en la parte más baja. La que irá más pegada a la cintura (recuerdas lo que hablamos de los trogloditas?)

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